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Maquiavelo

La educación de los hijos

Muchos padres y madres se sienten identificados con el anuncio televisivo en que un niño de unos 5 años decide optar por la pataleta como primera estrategia para conseguir aquello que desea en un supermercado.

- “¡Qué real!”
- “¡Qué típico!”- me comentan, mientras asienten buscando entre ellos miradas de
complicidad.
- “¡El mío lo hace en el parque, cuando tenemos que irnos a casa!”
- “¡El mío cuando me paro a hablar con alguien y se aburre!”


Tras un torrente de ejemplos y situaciones personales, básicamente llegan a la conclusión de lo listos que son sus hijos y sonríen entre orgullosos y desconcertados. Suele ser en este momento, tras la catarsis general, cuando me miran buscando respuesta. Aún a pesar de haberse sentido entendidos y haber comprendido que su situación es común y generalizada hoy en día, no parecen sentirse del todo satisfechos. Yo suelo recurrir entonces al ejemplo del bocadillo de chorizo:

“Mirad”-les digo-“Este el caso de una madre, que tras una dura y larga jornada de trabajo decide hacer las compras para prepararle a su hijo un bocadillo de chorizo, que probablemente le venga bien para hacer frente a las actividades extraescolares que tendrá más tarde. Compra, vuelve a casa, lo prepara y lo envuelve con todo su cariño. Cansada, pero con ganas de ver de nuevo a su hijo sale de casa con paso acelerado para llegar puntual al encuentro de cada día. Una vez allí el niño la saluda y apresurado busca en la bolsa de la merienda. Coge el bocadillo, lo abre. ¿De chorizo? Su cara cambia inmediatamente ¡Joe! ¡Otra vez de chorizo!¡No lo quiero! Y mira a su madre con cara de reproche. Es en este momento cuando tiene lugar la famosa pataleta. Tras escasos minutos de duda la madre guarda el bocadillo en el bolso y coge de la mano a su hijo, que ahora sonríe, pues sabe que se dirigen a la tienda de chucherías a comprar su donuts de chocolate.” Miro a los padres expectantes, intuyen que la historia aún no ha acabado. Pero el final lo tienen ellos:

- ¿Qué ha aprendido este niño? ¿Qué pasará cuando este niño crezca y tenga quince, treinta o cincuenta años?

La conclusión previsible: no sabrá afrontar situaciones frustrantes de manera adaptativa.
Pero, ¿cuáles son las principales emociones y creencias de las madres y padres que desencadenan de esta situación?

Resumiría las posibles causas en las siguientes cuatro:

1. La culpa. Debido principalmente a motivos laborales y actividades extraescolares, las madres y padres de hoy en día cada vez tienen menos tiempo para dedicar a sus hijos/as, y el que disponen prefieren invertirlo en verles sonreír. Pero esas carencias afectivas no pueden suplirse con posesiones materiales. Y si no, recapacite sobre las veces en que su hijo le ha enseñado un dibujo, una canción, o cualquier trabajo bien hecho buscando únicamente su aprobación, atención, admiración y dedicación como madre o padre.

2. El humor. A pesar de que en ocasiones resulten graciosas las reacciones viscerales de un niño de cinco años en un momento de rabieta, sus amenazas de “¡Pues ya no te quiero!” o incluso sus puntapiés, el niño interioriza esta reacción como forma válida y aceptada para conseguir su objetivo. Imagínese la magnitud de sus amenazas y su fuerza física a los quince o veinticinco años. ¿Qué pasará cuando no obtenga el puesto de trabajo deseado o la atención de esa chica que tanto le interesa?.

3. La vergüenza. A decir verdad, la parte del anuncio que más impacta a las madres y padres es la reacción de la madre, que anticipándose a la pataleta de su hijo se lanza al suelo representando en primera persona la consabida rabieta. Muchas madres y padres reconocen no sentirse capaces de negar las demandas de sus hijos por el miedo al qué dirán. Las normas que no se cumplen siempre, sin excepciones, crean confusión en los niños/as y en el caso de que termine por entender que la actitud adoptada varía en función de la gente que esté presente, es más que probable que utilice esta nueva estrategia en su propio beneficio, pidiéndole cosas cuando sepa que usted no puede negarse.

4. Miedo a frustrar. Muchas madres y padres temen que decir “no” vaya a frustrar y tener consecuencias perjudiciales para sus hijos. Lo cierto es que los niños buscan, necesitan y agradecen los límites. Piensen si no, en cuando su hijo/a comenzó a dar los primeros pasos y corría mirándole a usted por el rabillo del ojo esperando un “¡Para!” definitivo o una mano que lo detuviese con firmeza. Si bien en un momento concreto pueden generar frustración, a largo plazo, los límites son necesarios. Será tarea de las madres y padres aprender cómo y cuándo hacerlo.

Aunque en ocasiones sean desagradables, todas las emociones cumplen una función, y es posible que la de la frustración sea prepararnos emocionalmente para tolerar las adversidades de una sociedad real , sin cojines ni adornos, una sociedad más allá de la burbuja familiar, en la que el paro, el trabajo insatisfactorio, la relación incompleta, precios inasequibles y un largo etc., forman parte del pan nuestro de cada día.

No olvidemos que la niñez es un proceso educativo, un paseo de reconocimiento donde los niños/as aprenden a utilizar herramientas que les servirán para desenvolverse en la vida. En él aprenden patrones de conducta que, muy probablemente, repetirán de mayores con el fin de obtener resultados similares. Y qué mejor oportunidad que caminar de la mano de quienes más les quieren, de quienes mayor interés tienen en desarrollar sus habilidades y su potencial que les capacite para formar parte de una sociedad madura y responsable en la que ustedes, madres y padres, desempeñan un papel fundamental. Pero, háganse un favor, teniendo en cuenta que este paseo del proceso educativo dura al menos unos quince largos años... ¡No se olviden disfrutar del viaje!

¿Qué consecuencias a largo plazo puede tener para nosotras/os y nuestros hijas/os la no tolerancia a la frustración? ¿Cuáles consideráis las principales dificultades como madre/padre para aprender a decir “no” ? ¿Qué pensamientos y circunstancias dificultan este proceso de aprendizaje? ¿Qué situaciones y reflexiones podría aportar?

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